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Pórtico ~ Saga Heechee I

Es muy posible que aquellos que estáis acostumbrados a leer libros de ciencia ficción, hayáis notado la diferencia que existe entre la ciencia ficción actual representada por libros como Binti de Nnedi Okorafor, cuya reseña podéis leer aquí, o La Quinta Estación de N. K. Jemisin y la ciencia ficción más clásica que puede encontrarse en La Máquina del Tiempo de H. G. Wells o Yo, Robot de Isaac Asimov.

Esta diferencia no sólo se aprecia en los temas que tratan las diferentes generaciones de historias que pueblan este género, sino también en la forma en la que están escritos o, quizás, en la que están traducidos. Y es justo en el punto medio entre estas dos vertientes en el que se sitúa el libro que os quiero presentar hoy: Pórtico de Frederik Pohl.

Pórtico es la primera novela de la Saga Heechee que cuenta con 4 libros escritos entre 1977 y 1987 (Pórtico, Tras el incierto horizonte, El encuentro y Los anales de los Heechee), una colección de relatos de 1990 basados en el universo de Pórtico (Los exploradores de Pórtico) y un relato de 2004 contenido en la antología de relatos Horizontes lejanos de Robert Silverberg (El muchacho que viviría para siempre).

Y ahora, lo más importante: ¿de qué trata este libro?

Pórtico nos sitúa en un mundo futurista en el que el ser humano ha conquistado el espacio. Nos presenta una sociedad que no solo habita la Tierra, sino también Venus y diversas estaciones espaciales.

Sin embargo, este futuro no es tan dulce como pueda parecer en un principio. Debido a la sobrepoblación de todos estos mundos, no es posible alimentar a la humanidad de la forma en la que se hace hoy en día. Es simple, no hay suficiente comida para todo el mundo por lo que gran parte de la población solo tiene acceso a comida producida a partir del petróleo que se obtiene de una serie de minas.

El mayor reto de la humanidad que se dibuja en esta novela, es el de encontrar un nuevo planeta habitable del que poder extraer recursos o que pueda albergar a parte de esta población desmedida. Y, en este contexto, el autor de esta novela nos presenta a su protagonista: Robinette Broadhead.

Bob es un hombre triste. Un taladrador de las minas de Wyomin de las que se obtiene el petróleo que pasará a alimentar a gran parte de la población. Hasta que gana el premio de la lotería el día siguiente de Navidad, momento en el que decide dar un giro a su vida y comprar un billete de ida a Pórtico para convertirse en prospector.

Prospector es como se conoce a aquellas personas que se embarcan en una nave heechee que les conducirá a algún punto de la galaxia y cuyo objetivo es encontrar algo de valor en dicha localización. Los Heechee son una raza extraterrestre cuya existencia solo ha podido ser demostrada gracias a los túneles, naves y objetos que se han encontrado abandonados en diversas partes del universo y Pórtico es uno de estos lugares.

La complejidad de las naves heechee, así como el desconocimiento del funcionamiento completo de las mismas, los prospectores dan un salto a ciegas al elegir una nave para tripular: los destinos de estas están preestablecidos y son desconocidos. Todo esto hace que un gran número de naves nunca regresen y aquellas que lo hacen suelen contar con la pérdida de alguno de sus tripulantes. Como podéis suponer, ante estos peligros, grandes recompensas aguardan a aquellos que regresan con vida siempre y cuando hayan realizado un gran descubrimiento.

Este es el mundo en el que nos sumerge Bob y al que nos da acceso a través de sus sesiones de psicoterapia con un robot al que él llama Sigfrid von Shrink. A lo largo de sus encuentros con Sigfrid, nos encontramos con un hombre deprimido y atormentado por todo lo que ha vivido a lo largo de su vida y, sobre todo, por aquello vivido en Pórtico.

En mi opinión, Pórtico es una novela muy interesante que nos plantea un futuro gris y deprimente. Me genera una sensación parecida a 1984 de George Orwell. Hace que me imagine un mundo sin color, triste, casi apático en el que todo el mundo busca la felicidad sin llegar a alcanzarla.

Sin embargo, y a pesar de toda esta tristeza que nos plantea la novela, el mundo que Pohl ha creado en ella es fascinante de principio a fin. No estoy diciendo que sea algo que los amantes de la ficción no hayan leído antes puesto que los viajes espaciales han sido tocados por muchos autores, pero sí que es una novela en la que merece la pena adentrase. Aún así, no voy a negar que es muy difícil encariñarse con el personaje protagonista o, en realidad, con cualquiera de sus personajes pero para mí es algo relativamente normal en este tipo de historias (1984, El cuento de la criada, …).

Espero que esta reseña os haya descubierto un nuevo libro de ciencia ficción y si no es así, que me deis vuestra opinión acerca de este libro.

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