De lecturas y propósitos
Llega el fin de año y con él LA revisión, no sólo de objetivos o propósitos, sino de todo lo que he consumido en el año: libros, agendas, series, películas…
Son ya por todos conocidos los famosos propósitos de año nuevo, esas promesas (a veces un tanto fantasiosas) que nos hacemos a nosotras mismas y que, en la mayoría de los casos, abandonamos antes incluso de que llegue la primavera. Siempre había escrito mis propósitos de una forma un tanto vaga: hacer más ejercicio, leer más, hacer más fotos (y revelarlas sin que el carrete pase 4 meses en el armario), comer mejor… Pero ¿qué se supone que significa ese “más”? ¿”Más” que cuánto?
Después de algunas pruebas y errores, de vídeos de YouTube y algún que otro libro sobre productividad (aunque odie esa palabra), aprendí que prácticamente todo puede ser contabilizado. Y ahí está la clave para saber si nos hemos acercado a nuestro objetivo. Un ejemplo práctico: en lugar de plantearme “hacer más ejercicio”, apunto “hacer ejercicio 3 días en semana”, y los días que hago ejercicio los marco en mi agenda; la percepción cambia completamente.
He de decir que no me machaco si no “consigo” algo, si no siento que he logrado el propósito que hice hace 365 días. Me ha costado llegar a la conclusión, a pesar de que a veces se me olvide, de que no se puede controlar todo, que hay cosas que pasan sin más, y que en el transcurso de un año las circunstancias cambian. A veces mucho.
Pero centrándonos en la lectura, hace unos posts hablaba sobre mis listas de libros en la app Listy. Aquí sólo apunto los libros que quiero leer en un futuro incierto, y sinceramente resulta muy útil ante la pregunta “¿qué quieres por tu cumpleaños?”
Sin embargo, para llevar un registro un poco más completo, uso mi libreta Moleskine edición Mapa del Merodeador de Harry Potter. Como uno de mis propósitos indispensables es siempre leer más que el año anterior (siempre me parece poco), he creado mi propio sistema para medirlo.
No apunto el número de libros que quiero leer, como hace mucha gente en Goodreads, y la razón es simplemente que me estresa bastante saber que tengo una cifra a la que llegar, me agobia y termina por bloquearme, la lectura parece que se convierte en una obligación y no en una actividad para relajarme y olvidar el mundo. Así pues, lo que hago es añadir un calendario anual al inicio e ir coloreando los días que leo: medio cuadro significa que he leído un mínimo de 30 minutos, y el cuadro entero si he conseguido leer al menos una hora (o más). Así, según avanza el año tengo una referencia visual de los días que he leído y el tiempo que he invertido (en general) en ello. No me interesa contabilizar el número de páginas, ni el tiempo real, sólo quiero saber si mis días (y por extensión, mi año) están más coloreados.
Las siguientes páginas de la libreta las uso para hacer las reseñas de los libros. Aunque tengo listas de libros que quiero leer en algún momento (o sea, Listy), no tengo una lista de los libros que voy a leer al año siguiente. La mayoría de mis lecturas se basan en descubrimientos repentinos o simplemente lo que me apetece en el momento, así que para mí es absurdo prever cómo me sentiré en junio o en mayo o a lo largo del año, y por tanto, qué libro voy a leer en ese momento.
Mi cuaderno de lectura en realidad es muy básico: el calendario mencionado y las reseñas de los libros. Es aquí donde apunto los datos del libro: autor, título, número de páginas (a veces se me olvida), una valoración por estrellas, cuándo lo empecé y cuándo lo terminé. Después, simplemente mis impresiones sobre el libro, la historia, los personajes, si me ha costado terminarlo…
A veces apunto frases o pasajes, pero esto tiene truco: si son muchas frases o párrafos largos, los copio en otra libreta diferente, ya que algunas veces estoy leyendo dos libros a la vez, generalmente un ensayo y una novela, así no “bloqueo” mi cuaderno de lectura o dejo páginas que no sé si voy a usar. No es un sistema infalible, pero a mí me funciona. Y tengo muchos cuadernos libres por llenar.
Hay quien decora cada reseña acorde con la temática del libro, pero para mí supone un esfuerzo complementario y sé que terminaría por dejarlo a medias, además Moleskine ha bajado la calidad de su papel de forma alarmante en los últimos tiempos y no es lo más adecuado (sinceramente, no creo que vuelva a usar sus libretas).
¿Vosotras tenéis cuadernos de lectura? ¿Usáis Goodreads? ¿O alguna otra app / método?
Por cierto, aquí mis libros leídos en 2022 (*más el audiolibro “Por si las voces vuelven”, de Ángel Martín)