Libros

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Todo empezó con La trilogía de Nueva York, no sé si fue el título, la nota del editor en la contraportada, o simplemente que este libro estaba en el lugar adecuado en el momento preciso (soy firme creyente de que cada libro tiene su lugar en la historia de cada uno). Sea como fuere, este libro fue el inicio de mi incursión en el mundo de Paul Auster.

No me malinterpretes, por supuesto que (aún) no he leído todos sus libros, aunque sí alguno que otro. Antes de continuar, he de confesar que no soy de esas personas que tienen un autor (o varios) favoritos y que leen todo lo que ha publicado, pero sí tengo algunos autores a los que me gusta recurrir porque sé que sus libros seguramente me gustarán. Quizá esta idea de no querer leer todo lo escrito por un autor tenga algo que ver con un miedo irracional a que algo de lo que escriba no me guste y lo relegue para siempre al olvido de las letras, pero eso creo que mejor lo dejamos para otro momento.

El caso es que hacía tiempo que quería leer 4 3 2 1 de Paul Auster, me asustaba un poco la magnitud del libro (de casi 1.000 páginas), pero me atraía mucho la historia: cuatro posibles vidas de Archie Ferguson, cuyo el único hecho inmutable es el día de su nacimiento el 3 de marzo de 1947. En realidad, no sé si hubiese leído este libro de no haber conocido, al menos un poco, el estilo del autor (anteriormente había leído La trilogía de Nueva York, que me fascinó, y Brooklyn Follies).

Sea cual sea la razón, aquí estaba yo, ante mi ejemplar de “bolsillo” de 1.000 páginas, forrado para no doblar las esquinas (difícil cuando tienes que embutirlo en el bolso), dispuesta a descubrir las cuatro vidas de Archie Ferguson. Y qué vidas.

"Todo era posible, y sólo porque las cosas ocurrían de una manera no quería decir que no pudieran pasar de otra. Todo podía ser diferente"

El libro está estructurado de tal forma que cada capítulo hace referencia a un pasaje de cada una de las vidas de Ferguson, por lo que muchas veces la historia va y viene en el tiempo (y el espacio); es curioso cómo, pese a que sean cuatro vidas totalmente diferentes, siempre hay elementos comunes: personajes más o menos principales que aportan a la historia más de lo que se podría pensar en un primer momento, lugares recurrentes que dejan ver el gusto del autor por la ciudad de Nueva York, y libros, muchos libros, menciones a la literatura, al cine (que es un personaje más en la historia), todo ello aderezado con música aquí y allá que completa la historia y la escena que Auster (más bien Ferguson) nos cuenta en cada momento.

El libro está plagado de pensamientos y frases que hacen reflexionar al lector, no en vano mi ejemplar tiene no pocos post-it sobresaliendo de sus páginas, con frases subrayadas que quiero recordar. En este libro (y en Auster en general, para ser sinceros), las palabras cobran vida y casi puedes ver a Rose, a Stanley, a Ferguson, a cada uno de los personajes, ante tus ojos, no se necesita apenas una descripción para ello. Hay escritores que, por alguna razón, hacen que lo invisible que encierran sus letras se vuelva real y tangible, puedes ver lo que te cuentan ante ti, es una sensación que sólo vivo con algunos autores muy específicos (¿podría aventurarme a declararlos mis autores favoritos?), quizá es por eso que leer algo nuevo de esos autores me provoca nervios y casi hasta rechazo, miedo, como comentaba antes (¿Continuará siendo así en su nuevo libro? ¿Habrá cambiado su forma de escribir y ya no podré sumergirme en sus palabras?)

En fin, volvamos a Ferguson: cada una de sus vidas está vivida de forma diferente, pero todas tienen en común un marco general de lo que se desarrolla a su alrededor, y es que Auster no deja pasar los acontecimientos históricos que acontecieron durante la juventud del ficticio Ferguson: las revueltas, las crisis, la situación general de su país y concretamente de su ciudad.

"Nunca seremos más jóvenes de lo que somos en este momento"

¿Recomendable? Por supuesto. Tanto si eres fan de Auster como si no, creo que es una lectura bastante interesante, llena de referencias a otros libros, a la música y al cine, lo que siempre (me) supone un plus en la historia.

Para terminar, uno de mis pasajes favoritos (sobre un tema del que me gusta reflexionar de vez en cuando, y es que, como también dijo Muñoz Molina: hacer algo significa no estar haciendo otra cosa):

"En todo momento desde el comienzo de su vida consciente, la insistente impresión de que por los desvíos y vías paralelas de los caminos que se han tomado y que no se han tomado ha circulado la misma gente al mismo tiempo, la gente visible y la que está en la sombra, y que el mundo tal cual era nunca podría ser más que una fracción del mundo, porque lo real también consistía en lo que podría haber ocurrido pero no sucedió, que un camino no era mejor o peor que cualquier otro, pero el tormento de estar vivo en un solo cuerpo significaba que en un momento dado uno tenía que encontrarse exclusivamente en un solo camino, aunque pudiera haber estado en otro dirigiéndose a un lugar enteramente diferente"

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