El Castillo Ambulante
«EN EL REINO DE INGARY, donde existen cosas como las botas de siete leguas y las capas de invisibilidad, ser el mayor de tres hermanos es una desgracia. Todo el mundo sabe que el mayor es el que fracasa primero, sobre todo si los tres salen a buscar fortuna.
Sophie Hatter era la mayor de tres hermanas. Ni siquiera era hija de un leñador pobre, lo que podría haberle dado alguna oportunidad de triunfar, sino que sus padres tenían una sombrerería de señoras en la próspera ciudad de Market Chipping, donde vivían desahogadamente.»
Así comienza el primer libro de la trilogía El Castillo Ambulante, título que a su vez da nombre al libro que voy a reseñaros. Como puede percibirse ya desde sus primeras líneas, el estilo de Diana Wynne Jones no es nada convencional y, a pesar de ser un libro dirigido a un público pre-adolescente, su tono sarcástico/divertido convierte este libro en un candidato de lectura perfecto, independientemente de las manos en las que caiga.
Esta historia comienza cuando, tras la muerte de su marido, la madrastra de Sophie decide que para poder pagar las deudas que este había contraído, es necesario que su hija y sus dos hijastras, a las que quiere como propias, abandonen el colegio y se coloquen como aprendizas para que puedan ganarse la vida.
De esta forma, Lettie (la segunda de las hermanas) se convierte en aprendiza de pastelera, Martha (la menor de las tres) parte para iniciar su aprendizaje con la bruja Annabel Fairfax y Sophie se queda en la sombrerería con su madrastra para ayudarle a continuar con el negocio familiar.
Un día, mientras Sophie se encuentra sola en la sombrerería, la Bruja del Páramo, aquella a la que todos temen, hace su entrada en escena. Será ella quién, tras una breve charla con Sophie, le lanzará un maleficio que la convertirá en una anciana.
Una vez superada su sorpresa inicial y con la resignación propia de la mayor de tres hermanas, Sophie decide aceptar su destino y marcharse de la sombrerería. Será entonces cuando, tras un largo camino, encontrará el Castillo Ambulante que merodea por las colinas cercanas. Este castillo es, a su vez, propiedad del Mago Howl del que dicen que se alimenta de los corazones de jóvenes desprevenidas.
Teniendo esto en mente, y después de hacer un trato con el demonio de fuego que habita el castillo (Calcifer), Sophie decide hacer de este castillo su residencia y emplearse a sí misma como su limpiadora mientras busca una forma de romper el hechizo de la Bruja del Páramo.
Bajo esta premisa, Sophie, Calcifer, Howl y su aprendiz Michael vivirán una serie de aventuras que harán las delicias del lector.
Para mí, este libro supuso un soplo de aire fresco. No sólo por la forma peculiar que tiene de escribir la autora, sino también por la propia historia. Es uno de esos libros que, al terminarlo, te deja una sensación de felicidad, algo así como de paz mental.
A lo largo de sus páginas, Diana Wynne Jones consigue que te enamores de El Castillo Ambulante y todos sus habitantes. De Sophie con su fuerte y resolutiva personalidad, de Howl egoísta y vanidoso hasta la médula, de Calcifer deslenguado y adorable, de Michael alegre y risueño y ¡hasta de la familia de Sophie!
Además, algo que es necesario resaltar de esta autora es la imperfección de sus personajes protagonistas. Esto es algo que se ve perfectamente en este libro y que se reafirma en las otras dos entregas de la trilogía.
En El Castillo Ambulante, Jones nos presenta a su protagonista como una joven derrotista y conformista que aspira a pasar toda su vida entre las cuatro paredes de su sombrerería únicamente por el hecho de ser la mayor de tres hermanas. No es hasta que la Bruja del Páramo la convierte en anciana que decide tomar las riendas de su vida y empezamos a ver a una Sophie más enérgica y cabezota. Sophie no es la típica protagonista femenina bella, bondadosa y luchadora que suelen presentarnos los libros juveniles, sino una joven que al ser hechizada su interior se ve reflejado en su exterior: una anciana.
En segundo lugar tenemos a Howl que, de alguna forma, viene a cubrir el papel de protagonista masculino. En mi opinión y creo que también en palabras de la autora, Howl es un personaje vanidoso, inmaduro y cobarde y, sin embargo, acaba pareciéndote encantador tal y como es.
Como curiosidad para los que os guste la animación, el Studio Ghibli, con Hayao Miyazaki como director, adaptó este libro a la gran pantalla en 2004. Aunque es una buena adaptación y la película respeta en gran medida la historia y los personajes, hay una serie de cambios en el guión que nos permiten decir eso de: el libro es mejor que la película.
En resumen, esta novela se ha convertido en una de mis favoritas. Espero que, a pesar de ser un libro dirigido a un público más bien infantil/juvenil, podáis disfrutar de él tanto como lo he hecho yo.
P.D. La reseña del segundo libro de esta trilogía se encuentra aquí: El Castillo en el Aire.
2 Comentarios
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Loup_sombre
Para mí este libro fue el mejor de la trilogía, pero el tercero, La casa de los mil pasillos, se acerca bastante a lo bueno que es este.
Lo mejor del libro es que era como leer un clásico, una lectura que me recordaba al estilo de obras mucho más antiguas y eso me parece súper difícil porque hacía que pareciera una mezcla entre novela, cuento y fábula. Creo que eso sólo me ha pasado con este libro y con Stardust de Neil Gaiman
En fin, que es una maravilla para iniciarse en el género fantástico de la mano de una escritora súper interesante. Además, que hace poco han sacado una nueva edición la gente de NocturnaEdiciones que me dan ganas de volverlos a comprar