La muerte de las Humanidades
Éste no era el post que tenía pensado escribir hoy, sin embargo, me despierto con una noticia chocante: según un pequeño, pero impactante, artículo de opinión de El País, a partir del año que viene, la asignatura de filosofía desaparece del curriculum de 2º de Bachillerato.
No puedo evitar sentir tristeza y rabia ante esta noticia, que supone un mazazo más a esta rama ya de por sí tan menospreciada y vapuleada.
Soy de la opinión que todas las ramas del conocimiento son importantes, cada una con sus características especiales y su impacto específico; sin embargo, mucha gente piensa que las Humanidades (y las Artes, por afinidad de pensamiento pero también de destino fatídico) no sirven para nada, que son «la rama fácil» y que no aportan nada, ni a la persona en particular ni al mundo en general. He intentado durante años explicar a estas personas que las Humanidades y las Artes son también fundamentales, que nos ayudan a comprender mejor nuestro pasado, a comprendernos mejor a nosotros mismos y al mundo que nos rodea; no son asignaturas o materias de estudio de las que burlarse o dejar arrinconadas en el cajón del olvido, sino que deberían potenciarse y tener la importancia que se merecen.
Si seguimos sin atender a estas especialidades, hay una parte de nuestro cerebro que no estamos ni potenciando ni desarrollando (y sí, hay estudios sobre ello, aunque parezca que los «grandes pensadores de los planes de estudios» no los lean ni los conozcan). Es más, estamos también menoscabando el trabajo de profesionales que también merecen respeto, tanto académico como de la sociedad en general.
La desaparición de la filosofía como asignatura supone un duro golpe para el pensamiento, para el desarrollo, para el conocimiento y la capacidad de análisis y el saber quiénes somos y por qué.