La Noche de los Libros

Negarlo sería un completo contrasentido. Sería casi como negarme a mí misma. Allá va: mi día favorito del año es el Día del Libro. Ya está, ya lo he dicho. Ni siquiera el día de mi cumpleaños (aunque éste se le acerca bastante en el ranking), sino el día del libro, tal cual. Y es que tengo mi propia tradición: todos los 23 de abril miro, remiro, busco y finalmente compro (al menos) un libro. De mí para mí.

Desde hace unos años mi dicha es aún mayor, ya que en Madrid se celebra (con mayor o menor acierto) algo llamado La Noche de los Libros, con distintas actividades en torno a estos objetos maravillosos y mágicos llenos de palabras, dibujos y sueños. Aunque suena completamente prometedor, la verdad es que ha tenido (y tiene) sus altibajos, ya que al ser un día prefijado, cada año cae en un momento distinto, así pues, si es martes, las actividades se ven drásticamente reducidas por esa extraña creencia de que cualquier día excepto el viernes o el sábado las actividades culturales y de ocio están vetadas (hay menos tiempo, lo reconozco). Este año, y pese a que el Día del Libro es sábado, desde algún punto del universo dentro de la Comunidad de Madrid se pensó que era mejor hacer las actividades el viernes anterior, es decir, mañana día 22 de abril.

En esta edición parece que los organizadores se han puesto las pilas en cuanto a la oferta de actividades, lo cual es fantástico y a la vez complicado, puesto que aún no poseo el bello arte de la ubicuidad. Pero esto no es una queja, ni mucho menos. Estoy más que feliz, exultante, por poder elegir entre tantas y tan buenas actividades. En este enlace podéis bajar en pdf el programa completo; yo tengo el mío señalado con mil cruces en las actividades que quiero ver.

Por cierto, ¿sabéis ya qué libro vais a regalar(os)? Yo aún no lo tengo decidido…