Felices los felices
Paseando por Twitter me encontré con #LeoAutorasOct, una iniciativa de LeoAutoras para visibilizar la literatura escrita por mujeres leyendo, compartiendo y recomendando autoras. El movimiento surgió en Twitter casi de forma casual y desde el año pasado en octubre es una cita ineludible para tomar conciencia de las desigualdades que aún hoy (lamentablemente) existen, también en la literatura.
De los libros que se acumulan en mi torre de «libros por leer» tenía algunos escritos por mujeres, pero me decanté por «L’aube, le soir ou la nuit» de Yasmina Reza. Aunque este post en realidad no tiene que ver con ese libro, sí lo tiene con otro de su autora.
Leí a Yasmina Reza (escritora, actriz, novelista y dramaturga francesa) en la escuela de idiomas estudiando francés y fue de las lecturas que más me gustaron. Su obra Felices los felices (Heureux les heureux en su título original), editado por Anagrama, es una mezcla de historias cotidianas basadas en las relaciones entre dieciocho personajes que, aparentemente, no tienen nada en común.
Felices los amados y los amantes y los que pueden prescindir del amor. Felices los felices (Jorge Luis Borges)
Tomando de referencia una cita de Jorge Luis Borges, la autora va desgranando las vidas de sus personajes, haciendo partícipe al lector de una visión privilegiada y un tanto voyeur de sus pensamientos e inquietudes. La historia se divide, de hecho, no en capítulos, sino en personajes; Reza nos cuela en la mente de todos ellos de forma sutil, el lector es observador silencioso de todo lo que les ocurre y lo que piensan, y a través de comentarios y pensamientos vamos construyendo los hilos de la historia, el pasado y el futuro de todos ellos. El libro, de apenas 200 páginas, es una pequeña ventana en las vidas de sus personajes, de Vincent Zawada, Philip Chemla, Odile y Robert Toscano, Chantal Audouin… La sensación de entrar disimulada y temporalmente en sus pensamientos se acrecienta por la forma en que está escrito el libro: en cada capítulo-personaje no hay un solo punto y aparte, no hay marcas que distingan los diálogos, todo son pensamientos referidos a momentos puntuales de sus vidas.
Felices los felices es una de esas lecturas que, al terminar, dan ganas de volver a leer, sabiendo que muchos detalles se pasaron un tanto por alto por no conocer al interlocutor. Cada personaje tiene mil caras, que descubrimos a través de sus pensamientos y de los que le rodean.
Todo ello, la forma de escribir, la construcción de los personajes, las relaciones entre ellos, hacen de esta novela un reflejo de la realidad, de un día a día que cualquiera podría vivir.
El libro ganó el Grand Prix du Roman de MarieClaire y el Prix Littéraire de Le Monde, ambos en 2013, año de su publicación.